>> El equipo del IJG recoge la información en la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo, uno de los 40 sites donde se realiza esta importante investigación del Instituto de Antropología Evolutiva Max Plank
Desde noviembre de 2016 el Instituto Jane Goodall (IJG) en Senegal participa en el programa PanAf (‘The Pan African programme: The cultured chimpanzee’) del prestigioso Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck de Alemania (MPI), que cuenta con uno de los departamentos más reconocidos a nivel mundial en el estudio de los grandes simios. La Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo (RNCD) ha sido uno de los lugares seleccionados para dicho proyecto, ya que en este espacio viven chimpancés de la subespecie Pan troglodytes verus, en peligro crítico de extinción según la Lista Roja 2016 de la UICN, sobre los cuales el IJG lleva años recogiendo información sistemáticamente. Así pues, el equipo de Investigación del IJG en Senegal recorre cada día los distintos rincones de la Reserva en busca de datos para este importante estudio que empezó en 2010 y en el que han participado hasta un total de 40 sites con diversas poblaciones de chimpancés repartidas por toda África.
La investigación tiene por objetivo descubrir qué factores determinan el comportamiento de las distintas subespecies de chimpancé de todo el continente africano. Se ha observado que cada subespecie de estos primates ha desarrollado un comportamiento cultural propio. Estas conductas, que se reflejan por ejemplo en el tipo de herramientas que utiliza cada grupo para conseguir alimento, son aprendizajes transmitidos de generación en generación que pueden depender de distintos factores, como el clima o la disponibilidad de alimento. Sin embargo, también se tiene constancia de que disponer de los mismos recursos en diferentes hábitats no se traduce en un comportamiento común entre diversos grupos de chimpancés.
La información recogida sobre los chimpancés contribuirá al estudio de los factores que pueden haber influido en la evolución humana. Para este estudio evolutivo se han tenido que recoger todo tipo de datos llevando a cabo distintas actividades.
Recogida de muestras orgánicas
A primera hora de la mañana un equipo de investigación sale al bosque en dirección a la zona donde localizaron a los chimpancés el día anterior. Conforme se acercan al lugar, sus atentas miradas se dirigen continuamente del suelo al cielo en búsqueda de una pista que delate la presencia de este animal: huellas, restos de frutos mordidos, excrementos, nidos en las copas de los árboles… Se anda en silencio y evitando pisar hojas al caminar para hacer el menor ruido posible y poder escuchar al grupo de primates y, si se da el caso de localizarlos y verlos, los asistentes de investigación se paran a observarlos todo el tiempo que sea necesario.
Para la investigación es esencial recoger distintos tipos de muestras. Los excrementos, por ejemplo, servirán para estudiar el tipo de dieta, la genética y los patógenos de los chimpancés. También se buscan herramientas, pelos, frutos y muestras geológicas (agua, tierra, caparazones de caracol…).
Fenología
La finalidad de la fenología es estimar la disponibilidad de recursos tróficos de las especies de árboles más importantes para los chimpancés a lo largo del año. Conocer estos datos es de vital importancia para determinar si la cantidad de alimento y recursos con que cuentan los chimpancés de la Reserva es suficiente o si, por el contrario, escasea la comida.
Para ello, se analizan 20 especies de árboles y 10 individuos de cada una de ellas. Una vez al mes, Maunel Llana, investigador del IJG en Senegal y responsable del proyecto de PanAf en este site, visita los 200 árboles seleccionados y estima la proporción de flores, frutos y hojas que tiene cada uno en función del máximo que podrían poseer. Con este método, Llana percibe los cambios en la vegetación del árbol a lo largo del año. Una tarea que puede parecer sencilla, pero que las dimensiones, el terreno y el clima de la Reserva dificultan bastante.
Para que los árboles seleccionados sean una muestra representativa, han de estar dispersos y repartidos por los distintos hábitats de la RNCD. De esta manera, para poder visitarlos a todos, se necesitan 4 días de intenso trabajo cada mes. Una jornada de trabajo empieza a las 6 y media de la mañana, justo cuando empieza a clarear y se pueden distinguir las piedras y ramas que entorpecen constantemente el camino. Ir en búsqueda de cada ‘árbol-muestra’ de la investigación supone andar a través del bosque o descender por la vertiente de la montaña e ir buscando puntos de apoyo en arbustos, robustos troncos o piedras que se esconden bajo una frondosa capa de hojas de bambú secas que dan un plus resbaladizo al terreno. Solo entonces, estos obstáculos se convierten en los mejores aliados para avanzar sin temor a rodar pendiente abajo.
Instalación de cámaras trampa
Cada mes, los equipos de investigación repartidos en tres de los distintos pueblos de la Reserva revisan el material gráfico recogido por las cámaras trampa. Para ello, se desplazan al lugar donde colocaron las cámaras el mes pasado y recogen las tarjetas de memoria para llevárselas a la Estación Biológica Fouta Djallon y revisar el material registrado. El uso de cámaras trampa en la investigación de animales salvajes puede aportar información muy interesante que de otra manera sería muy complicado conocer.
El seguimiento de los chimpancés que realiza el equipo de investigación del IJG en Senegal, pese a ser diario, no puede cubrir las 24 horas del día, ni tampoco es posible seguirlos permanentemente durante horas, por lo que muchos de los comportamientos de los chimpancés escapan de la mirada de los investigadores. Las cámaras trampa resultan perfectas para completar la investigación, ya que ayudan a localizar corredores de chimpancés -zonas de paso frecuente y de conexión entre diferentes comunidades-, a observar el uso de distintas herramientas y a contar e identificar los individuos de Pan troglodytes verus en la Reserva.
Trampas para moscas y abejas
Pese a que a priori puede parecer curioso, otro modo de conseguir más información sobre los chimpancés de la RNCD es a través de las moscas y las abejas. Investigando estos insectos se pueden conseguir datos muy valiosos para el estudio de los primates. El Pan troglodytes verus se alimenta también de miel, por lo que, identificar la especie de abejas que hay en la Reserva y estimar su abundancia permitirá hacer un estudio comparativo sobre las abejas y la miel entre los distintos sites donde se realiza el PanAf.
Por otro lado, con un análisis del ADN de las moscas, insecto carroñero, por excelencia, se puede saber de qué animales se ha alimentado el insecto. Lógicamente, esto deriva en conocer la fauna que hay en la Reserva, además de identificar posibles patógenos a los que pueden estar expuestos los chimpancés.
Esta es una información muy valiosa pero difícil de conseguir, ya que atrapar estos insectos no es tarea fácil ni agradable. Para las moscas, por ejemplo, se usa un cebo pestilente hecho a base de proteína descompuesta.
Habitat plots
Para conocer a fondo un animal es imprescindible conocer su hábitat al detalle. Por eso, muchas actividades del PanAf se centran en recoger datos sobre el entorno. Si la fenología ya requería un trabajo extremadamente metódico, a los habitat plots hay que añadirle una importante dosis de paciencia. El equipo de investigación del IJG recorre la Reserva trazando varias líneas rectas de norte a sur buscando a ambos lados de la línea todos los árboles que dan frutos de cáscara dura. Se sabe que, en algunos lugares de África, los chimpancés pueden abrir y comer estos frutos. En la RNCD se quiere descubrir si los que habitan aquí no disponen de suficientes frutos duros para añadirlos a su dieta, o bien no hay las herramientas necesarias para abrirlos, o si, por el contrario, los chimpancés de la Reserva no han adquirido ese conocimiento. Además, cada 200 metros de esas líneas de norte a sur se traza una parcela de 400m2 y de identifican todos los árboles y lianas que crecen dentro de esa zona.
Line transects y Strip transects
Como en los habitat plots, las líneas rectas de norte a sur marcan el camino para realizar este estudio. Durante un total de 39 kilómetros –y durante 11 días seguidos-, una parte del equipo de investigación recorre la Reserva en busca de indicios de presencia de mamíferos. Es lo que se conoce como line transects y servirá para determinar la abundancia de distintos tipos de mamíferos. Poco a poco, el grupo del IJG avanza por la recta escudriñando a cada paso el terreno en busca de huellas, excrementos y rastros de comida de diferentes animales o indicios de presencia humana, tales como caminos, árboles talados, zonas quemadas…
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Esos mismos 39 kilómetros tendrán que recorrerlos por tercera vez para hacer el estudio de los strip transects. En esta ocasión, en lugar de fijarse en la abundancia de fauna, el equipo debe analizar la disponibilidad de herramientas para los chimpancés de la Reserva. De este modo, a cada kilómetro andado trazan un área de 100 m2 y cuentan todas y cada una de las piedras que allí se encuentran.
Para el IJG en Senegal, participar en un programa de tales dimensiones es una gran oportunidad para poder obtener muchísimos datos relevantes que nos servirán para mejorar el conocimiento sobre la ecología y etología de nuestros grupos de chimpancés, información que nos ayudará a mejorar su conservación y protección en la RNCD. Igualmente, los datos obtenidos sobre la cultura y ecología de los chimpancés de nuestra zona servirán para compararlos con el resto de grupos estudiados por el PanAf a través de África. Todo ello contribuye a alcanzar una mejor comprensión de las diferentes culturas de chimpancés a nivel continental y, de manera indirecta, a aumentar el reconocimiento de la idiosincrasia de la población de chimpancés de la RNCD, un lugar en el que urge dedicar esfuerzos para su protección, dadas las amenazas que se ciernen sobre esta subespecie.
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